Jafra es un antiguo despoblado alojado en el Parque Natural del Garraf, en el termino municipal de Olivella. En un montículo a189 metros sobre el nivel del mar, este pueblo conserva algunas estructuras entre la que encontramos la casa del barón de Jafra, la de los criados, la iglesia de Santa Maria de Jafre junto a su rectoría y el cementerio. Estas construcciones forman parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña
Este pueblo abandonado aparece documentado desde 1139. En 1143 Ramon Guillem lego el pueblo de Jafre a su hijo Pere y en 1332 ya se hace alguna denominación al Castillo de Jafre (pueblo e iglesia pasaron a pertenecer al monasterio de Sant Cugat). En un listado del siglo XIV solamente aparece una vivienda ocupada y en 1413 se postula la poca utilidad de la iglesia de Santa Maria por el estado de abandono del poblado. El 21 de Agosto de 1432 se establece una unión perpetua de la iglesia de Jafra con la de Sant Fèlix de Olivella.
En 1819 Jafre se incorpora definitivamnete al pueblo de Olivella, debido a sus vínculos ya nombrados. La economía tradicional de la cuadra de Jafra se basava en leña y algún ganado, aunque también se intensifica el cultivo de viñas hacia el siglo XVII. Aunque en 1820 gozaba todavía de 83 habitantes y se produce una renovación de la iglesia, la filoxera (parásito de viñedos) inducirá el abandono progresivo de los terrenos dejando a Jafra con 19 habitantes en 1960.
Jafra ha atraído a muchos amantes de lo paranormal por albergar un pozo donde el hijo no deseado de la baronesa de Jafra murió ahogado (se especula también que pudo ser ahogado por el propio cura del pueblo) y donde aún aseguran que pueden oirse sus lamentos. Otras leyendas de interés tienen su origen en Jafra y el Garraf como escondite de los piratas que conseguían introducirse en las intimidades del montículo gracias a pequeñas cuevas que comunicaban el mar y la montaña, escapando así de los árabes. Por último, parece que este pueblo albergó a unos huéspedes austríacos que tras la muerte natural de algunos miembros de la familia, hizo que los que quedasen (padre e hija) desaparecieran sin dejar rastro, fomentando la creación de leyendas sobre la niña de la curva del Garraf y algunas otras.
Desde el termino municipal de Olivella, al que pertenece este despoblado, podemos llegar al primer monasterio budista de Cataluña, fundado en 1996 y que conquista el corazón de el Parque Natural del Garraf. Este monasterio puede visitarse al igual que afiliarse a diferentes cursos de meditación. Mas información: